· Virrey se posiciona como uno los principales puestos de mar en Madrid, ofreciendo pescados como el besugo, la urta, la merluza de Celeiro o el virrey en salsa de la casa, la joya del restaurante.
· Para los paladares más carnívoros, el chef Carlos Fernández-Miranda ha incorporado el escalope de ternera asturiana, las chuletitas de lechal al ajillo con panaderas o el rib eye a la parrilla o la presa ibérica con reducción de Pedro Ximénez.

En Virrey saben que, como bien decía Heráclito, lo único constante es el cambio. Siguiendo esta premisa, el chef Carlos Fernández-Miranda ha actualizado su carta con nuevos platos, donde profundiza en su historia vital y presenta una revisión actualizada de platos con clara influencia asturiana, con productos de temporada y aprovechando la estación, máxima tan unida a la cocina cantábrica de Virrey. De esta manera, Virrey se posiciona como uno los principales puestos de mar en Madrid, ofreciendo pescados como el besugo, la urta, la merluza de Celeiro o el virrey en salsa de la casa, la joya del restaurante.

Los entrantes se han convertido en una seña de la casa. La ensaladilla rusa con lubina en aceite, las navajas gallegas y su jugo ligado o las huevas de atún rojo de almadraba en salazón, ya son parte de una ciudad tan vinculada al aperitivo. Los pimientos rellenos de merluza con patatinas vienen a poner el toque perfecto a una secuencia, ya de por sí, sumamente apetecible.

A una de las mejores selecciones en pescados del Cantábrico y el Atlántico en la capital, se incorporan la lubina con jugo de sus espinas y crema de apionabo y el bacalao al pil pil sobre ajoarriero, mejorando el repertorio y enriqueciendo la oferta de disfrute.
Para los paladares más carnívoros, el chef ha incorporado variadas opciones venidas del norte, como el escalope de ternera asturiana, las chuletitas de lechal al ajillo con panaderas o el rib eye a la parrilla o la presa ibérica con reducción de Pedro Ximénez que complementa la propuesta cárnica del restaurante, convirtiéndose en un espacio sobresaliente en mar y montaña.

En muy poco tiempo, este restaurante se ha ganado un lugar privilegiado entre las mejores barras de la capital, gracias a su atractiva oferta gastronómica, a su impecable servicio de sala y a su elegante decoración, influenciada por el art decó neoyorquino y las casonas cántabras. Su espectacular combinación de estilos permite que cada momento sea único, debido a la generosa luz que inunda de día y a la calidez que proporciona la iluminación nocturna, donde la sutil selección musical acompaña las veladas más especiales. Con la llegada del buen tiempo, la terraza de Virrey con sus icónicas mesas vestidas de blanco, se convierte en el lugar ideal para disfrutar de la primavera.