· La nueva decoración, con neones y fotos tradicionales de Madrid, son un claro reflejo de la carta más seductora del chef Saúl Sanz.
· Terzio aporta ideas de disfrute en un cóctel de propuestas que van desde el saam de oreja crujiente con salsa barbacoa coreana y mahonesa japo al pepito de ciervo con pimiento verde frito.
Si Terzio fuese una playlist, no faltarían canciones de Leiva, himnos de Sabina o versiones más canallas de Loquillo. Y es que Terzio es Madrid, su carta ya era un homenaje a la capital, ahora su nueva decoración, hace juego con su esencia madrileña. Y es que Madrid es diversidad, alegría, descubrimiento y diversión, pero también tradición. El hermano pequeño de Treze, el afamado restaurante del chef Saúl Sanz, especializado en cocina de temporada y que tantas alegrías le ha dado, tiene entidad propia y vuela solo, lo más rock and roll de por aquí
Al entrar, el Scrabble de cervezas recuerda que aquí se ha venido a jugar, juntando las letras se puede pedir un terzio cinco estrellas de siempre o cambiando algunas fichas, pasar a algo más british, aunque elaborada en Segovia, la Goose Pale, suave y fresca. Las posibilidades que brinda el juego son amplias, puesto que, el tablero ofrece más combinaciones, las fichas pueden juntar las letras de una Brutus, finamente especiada o incluso, llevar a los aromas frescos y florales de la Tsingtao. En Terzio las reglas del juego son libres y cualquiera puede decir aquello de “en mi casa se juega así”.

La zeta, realizada con las chapas de los botellines de sus clientes, sigue presente. Es el homenaje de Saúl a sus fieles, que son los que hacen de Terzio un espacio plural y divertido. Y es que la zeta es muy suya, de Terzio, de su hermano mayor, Treze y de su chef, que más que chef, le gusta que le llamen coZinero, de aquí, de MadriZ.
La sala es un reflejo de la carta ecléctica de Terzio y de su cocina más viajera y personal. Los neones, con platos icónicos de la cocina madrileña, como la ensaladilla, la oreja o las croquetas, combinan con las fotos más castizas del Madrid de antaño. Así es Terzio, tradición y modernidad. Todo está pensado para que no haya dudas de que la finalidad de la visita es el disfrute de siempre. Y es que, la ensaladilla de gambas huevo y piparras, son un entrante tan madrileño como el ceviche de ají amarillo y batata, seguro que Sergio González, dominando la barra, aconseja la mejor de las opciones según el momento. El saam de oreja crujiente con salsa barbacoa coreana y mahonesa japo representa muy bien lo que los neones y las fotos del Madrid más puro quieren contar, que es mestizaje y terruño.

La sala está orientada al disfrute informal en barra, todo está dispuesto para que la compañía y la comida prioricen al espacio que va a acompañar sin interrumpir, consiguiendo que un afterwork, una primera cita o un ascenso tengan su propio lugar donde el goce hace el cariño. Los entrepanes, que no necesitan excusa para disfrutarlos, ofrecen opciones como el pepito de ciervo con pimiento verde frito, el bocadillo de albóndigas ibérico tikka masala, cebolla y cilantro o el perrito de salchicha ahumada, portobellos salteados, cebolla dulce y salsa tartufata.

En un lugar concebido para compartir momentos, no faltan las opciones más grupales, la costilla de cerdo en salsa BBQ y tzatziki de col o la carrillera de cerdo guisada en curry massaman y salteado de arroz, atraen manos y miradas sin descaro. Si todavía hay tiempo de seguir desconectando a través de este compendio gastronómico de Madrid, la mousse de dulce de leche con helado de galleta lotus o la crema de limón, merengue y galleta rivalizan con la tarta cremosa de queso como un derbi, Atlético–Real Madrid, aunque conocido por todos es con quién va Saúl, que para eso tiene su propia chaquetilla rojiblanca.